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ARQUITECTURA

Hotel Artmadams. Historia de Ciutat.

Hay edificios con historia e historia con edificios. El Artmadans cumple con ambas condiciones.

En 1940, el doctor Antonio Grau encarga al arquitecto Guillermo Forteza (Palma, 1892-1943) un proyecto de reforma para adaptar el chalet existente y transformarlo en una clínica, con vivienda en la planta superior. Se pasa de los aproximadamente 620 metros cuadrados iniciales a poco más de 1.600.

Forteza es recordado como el arquitecto de las escuelas, por el gran número de centros escolares que proyectó. Sin embargo, la huella de su obra es mucho más profunda e incluye edificios tan emblemáticos como Es Sindicat de Felanitx, la Plaza de las Columnas en Palma, las iglesias de Es Molinar y El Terreno o el Palacio de Marivent.

De corte racionalista, heredero de las corrientes novecentistas y clásicas de la época, el edificio tenía forma de torre rectangular, con diferentes alturas. Destacaban elementos, que hoy perduran, como la escalera principal, el hall y la escalera de madera de la vivienda familiar. En la fachada, los balcones de cinco caras y un saliente semicircular, una de las señas de identidad del edificio, que sin embargo no destacaba y pasaba desapercibido entre las casas del barrio de Son Armadans.

En los años sesenta, la clínica se transforma en un hostal de dos estrellas, pero sigue manteniendo la vivienda del doctor Grau. Se amplían notablemente los metros construidos, hasta unos 4.900, y se elimina el jardín.

A finales del siglo XX, el edificio cambia de manos y llega a Jaime España y familia que aumenta su superficie hasta los 5.500 metros cuadrados actuales, lo remodela profundamente, le sube la categoría a un establecimiento de cuatro estrellas y decide convertirlo en algo más que un hotel, quiere hacer del viejo edificio del doctor Grau un emblema cultural de la ciudad.

La COVID fue el impulso definitivo a la idea de Jaime España. Lo primero fue cambiar el nombre al establecimiento y pasar de Hotel Armadans a Hotel Artmadams, una sutil diferencia nominal que implicaba profundas reformas.

La más llamativa la de la fachada. Se trataba de convertir la cara visible del hotel en la imagen icónica del edifico. Pero una imagen potente, rupturista, provocadora, que no iba a dejar indiferente a nadie. Ni tan siquiera a las autoridades.

Tras la pandemia, Jaime España aprovecha una nueva reforma en el edificio y encarga a José Luis Mesas que convierta la fachada en un inmenso mural de más de novecientos metros cuadrados. Colores llamativos, formas arriesgadas y dibujos divertidos. Arte urbano de la mano de un artista pop autodidacta, arriesgado e innovador con logros como haber pintado el cuadro más grande de España, expuesto en el museo de Mayte Spínola, o haber entregado dos obras suyas personalmente al Papa Francisco.

La obra no pasó desapercibida para nadie y completaba la transformación del hotel para convertirlo no solo en un establecimiento hotelero moderno, reformado y de calidad sino en un centro cultural que permita a creadores y artistas locales e internacionales exponer sus obras en un entorno amable y adecuado. El mural de José Luis Mesas consiguió que el edificio reformado por un reconocido arquitecto que hasta el momento pasaba completamente desapercibido se convirtiera en uno de los iconos de Palma, una de esas fotos que todos quieren hacer y que obliga incluso al bus turístico a ralentizar su marcha para que los visitantes puedan recrearse en las figuras y colores que inundan la fachada.

El Hotel Artmadans es hoy un edificio de primer nivel, con 89 habitaciones reformadas con el máximo detalle de confort, dotado de salas de exposiciones con infraestructuras de última generación y una colección que incluye más de cuatrocientas esculturas y pinturas de artistas muy reconocidos. Un restaurante magnífico y una terraza urbana que permite disfrutar de una copa o una cena mientras se descubre la obra de José Luis Mesas y los minuciosos detalles de sus divertidos dibujos y sus atrevidos colores en un entorno donde el arte lo envuelve todo.

Jaime España se la jugó cuando decidió revolucionar su hotel. Sabía que el cambio no sería fácil. La obra de José Luis Mesas está todavía en los tribunales por cuestiones burocráticas municipales.

El arte no está hecho para cumplir con las normas estéticas ni los parámetros oficiales. Es un decisión libre, creativa y rupturista en muchos casos. Destinada a remover conciencias y crear opiniones.
Y como en las míticas series televisivas, solo queda decir aquello de continuará…